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Sobre la cuerda.

La cuerda amarrada entre dos postes de luz tiembla, se tambalea con el viento, camino sobre ella con una sombrilla abierta a todo lo que da, es de noche y las adicciones del espíritu rondan entre las sombras. 

En cualquier instante se puede perder el equilibrio, en cualquier momento se quiebra la delgada membrana entre el más allá y el más acá. 

Sí, están transcurriendo esas horas, justo esas horas en que no hay más que lo que no está; horas en las qué los segundos se ven transcurrir a través de lentes convexos, son minutos en que el holograma de los sueños se confunde con la imagen fantasmagórica de la vida.

El ser se inquieta, se aceleran los latidos rojos, los por qués se desvanecen como se desvanece el dibujo realizado sobre el vidrio empañado. Un paso más y la cuerda sigue temblando, aumento mi momento de inercia para no caer, los pensamientos siguen y siguen dando vueltas, provocan una fuerza centrífuga que apunta al centro del alma, allí se encuentran monstruos y espadachines dispuestos a militar para revolucionar la circulación de la sangre que viaja por venas y arterias ardientes.

No, no se puede saber qué es real, la irrealidad suena ahora tan lógica y coherente que resulta imposible probar su inexistencia, no hay algoritmo que ayude a descifrarle, no hay palabras que expliquen lo que no se puede ver, no hay nada.

Tan solo queda el seguir navegando sobre alguna balsa y dejarse ir a la deriva existencial, sobre la sustancia etérea del mundo. No queda más, se acaban las contradicciones y se agotan las explicaciones. 

El viento ha dejado de soplar y aún nadie se ha caído de la cuerda floja, pero es que ya no hay cuerda ni sombrilla. Al parecer, en la nada ya no hay nadie que caiga.

Comentarios

M.A. dijo…
me gustó mucho!
Nadia Alejandra dijo…
No hay nadie que caiga... ni hay donde caer.
Torcuato dijo…
Interpreto este micro como un tránsito hacia la nada.
Un abrazo, Isidro.

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Media hora

Cuento publicado en la revista literaria Gargantúa de la Universidad del Claustro de Sor Juana.  Descargar pdf, aquí.   Enlace para ver la revista completa: https://www.academia.edu/33988355/Revista_literaria_Gargant%C3%BAa_ Portada: 

Ella fue...

A la efímera vida la muerte cobra venganza por la crueldad de la tierra, se lleva almas sumisas, se lleva vidas enteras. Mala suerte en general: el vacío que genera, el amargo llanto de la realidad sin opción a cambios. Un sumando para la soledad. Nostalgia absoluta sobre un pasado que tan vivo presente fue, animación final, sonrisas de plomo que caen al profundo océano de lágrimas. Se llamaba Mina por el personaje de Drácula. Nariz oscura y orejas prolongadas, en la escala tonal del dorado, la nobleza corriendo, las sonrisas mordiendo, las piedras del camino comiendo, la complicidad en su mirada, sus palabras mudas. Porte de cazadora, elegancia natural y compañera habitual. Se ha ido víctima de la incomprensión de las sombras, de la envidia por una vida sencilla y sin complejos, ya no habrá quien me robe galletas con sonrisas. Ya nadie correrá hacia mí cuando llegue a casa en esas horas malditas de la madrugada. Ya no habrá suspiros sabios de aquel ser que descansaba