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Interno.

No hay certeza total, vivimos en una posibilidad de las tantas que podrían ser. 

No hay nada que impida que nuestra realidad se derrumbe.  A lo único que podemos aferrarnos es a la existencia de nosotros mismos, como entes, como presencias en cierto espacio y en cierto tiempo; razón por la cual hace que pierda sentido enfocarse más de la cuenta en aquello de lo que no tenemos certidumbre. 

Purifiquemos nuestros interiores, nuestro propio ser. Recordemos el antes del ser y el resto poco a poco se desvanecerá, se moldeará según nuestro capricho, tomará la posibilidad elegida por nosotros. 

Veamos más hacia adentro y menos hacia afuera, ambos sitios son igual de inmensos, pero uno de ellos está más cerca que el otro.

Comentarios

Nadia Alejandra dijo…
Tú tienes un don para dejar a uno reflexionando muchísimo con tus escritos :)

Te mando un abrazo!!
Aseret dijo…
La instropección siempre es necesaria, una vez leí que los sueños son un agotador ajuste de cuentas con uno mismo.

Saluudos!!

***

-respeto al post de Neruda-

Vaya...qué buena coincidencia,aunque tú escribes mejor que yo al menos, el significado de rendir un mini tributo a Neruda sigue moviendo ideas.
Unknown dijo…
Me encantan tus escritos! ya me pasare seguido por aqui :)

espero pases por el mio soy nueva

Garabateando corazones

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Media hora

Cuento publicado en la revista literaria Gargantúa de la Universidad del Claustro de Sor Juana.  Descargar pdf, aquí.   Enlace para ver la revista completa: https://www.academia.edu/33988355/Revista_literaria_Gargant%C3%BAa_ Portada: 

Ella fue...

A la efímera vida la muerte cobra venganza por la crueldad de la tierra, se lleva almas sumisas, se lleva vidas enteras. Mala suerte en general: el vacío que genera, el amargo llanto de la realidad sin opción a cambios. Un sumando para la soledad. Nostalgia absoluta sobre un pasado que tan vivo presente fue, animación final, sonrisas de plomo que caen al profundo océano de lágrimas. Se llamaba Mina por el personaje de Drácula. Nariz oscura y orejas prolongadas, en la escala tonal del dorado, la nobleza corriendo, las sonrisas mordiendo, las piedras del camino comiendo, la complicidad en su mirada, sus palabras mudas. Porte de cazadora, elegancia natural y compañera habitual. Se ha ido víctima de la incomprensión de las sombras, de la envidia por una vida sencilla y sin complejos, ya no habrá quien me robe galletas con sonrisas. Ya nadie correrá hacia mí cuando llegue a casa en esas horas malditas de la madrugada. Ya no habrá suspiros sabios de aquel ser que descansaba