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Licuado

Las ideas dan vueltas en la licuadora mental. Se sabe el paradero al que hay que llegar y sin embargo hay muchas esquinas donde las palabras suben y bajan dejando en un desorden total los asientos del pensamiento.

Las flores crecen y dejan caer frutos extraños, con figuras y colores inéditos, la cosecha será difícil. Se siembra más incertidumbre en los campos de la razón. 

No se sabe bien qué hacer ni qué decir. Se navega entre tierra erosionada, las áridas verdades queman la ilusión y el ilógico futuro duerme sobre una hamaca de papel. 

Como pájaro con alas heridas al querer volar, se logran tan solo unos brincos, se consigue avanzar tan unos centímetros hacia adelante, sobre la horizontal. Nada en la vertical..

Comentarios

Anónimo dijo…
Cuando la inspiración llega a tus ojos, labios, y dedos es momento de publicar!!!. Pero cuando llega a tus entrañas.. es como el fuego purificador que siempre quisiste conocer, es cuando sabes que la única posibilidad es dejarte consumir por ella. LH
Anónimo dijo…
Hasta en la línea recta crece la incertidumbre del queserá y que rico.

Espero andes y andes bien. Un beso caballero, uno grande y sincero :)

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Media hora

Cuento publicado en la revista literaria Gargantúa de la Universidad del Claustro de Sor Juana.  Descargar pdf, aquí.   Enlace para ver la revista completa: https://www.academia.edu/33988355/Revista_literaria_Gargant%C3%BAa_ Portada: 

Ella fue...

A la efímera vida la muerte cobra venganza por la crueldad de la tierra, se lleva almas sumisas, se lleva vidas enteras. Mala suerte en general: el vacío que genera, el amargo llanto de la realidad sin opción a cambios. Un sumando para la soledad. Nostalgia absoluta sobre un pasado que tan vivo presente fue, animación final, sonrisas de plomo que caen al profundo océano de lágrimas. Se llamaba Mina por el personaje de Drácula. Nariz oscura y orejas prolongadas, en la escala tonal del dorado, la nobleza corriendo, las sonrisas mordiendo, las piedras del camino comiendo, la complicidad en su mirada, sus palabras mudas. Porte de cazadora, elegancia natural y compañera habitual. Se ha ido víctima de la incomprensión de las sombras, de la envidia por una vida sencilla y sin complejos, ya no habrá quien me robe galletas con sonrisas. Ya nadie correrá hacia mí cuando llegue a casa en esas horas malditas de la madrugada. Ya no habrá suspiros sabios de aquel ser que descansaba